domingo, 26 de marzo de 2017

Mortal 

Y me hizo sentir real. En ese momento comprendí, que las cosas no te pertenecen porque sean tuyas, si no porque tú eres de ellas. Así me sentía yo a su lado. Simplemente perteneciamos. Porque al fin y al cabo el bosque no es bosque sin sus arboles. Y nosotros eramos una selva, y toda su lluvia torrencial. Era la más bonita metáfora jamás contada. Era el todo y la nada. Nos volvimos infinitos. Tan sumamente inmortales. Luego se esfumo. Como quien sopla a una vela y se apaga. Tan simple te quedas a oscuras. Y volví a ser mortal. pd: este poema lo escribí hace casi dos años, y mi punto de vista sobre lo que es tener y pertenecer a cambiado un montón, pero me sigue gustando mucho así que aquí está.

martes, 21 de marzo de 2017

ya no sé pero no quiero

¿es malo creer que esto puede cambiar?¿que lo podemos cambiar? ya no sé si tener esperanza es lo que nos da vida o lo que nos acabará matando, no sé si quiero salvar el mundo o si quiero que este me salve a mí. Me niego a pesar que luchar no vale la pena, pero cada vez resistir duele más, duele tanto. No quiero despertar una mañana creyendo que no vale nada, por mucho que eso signifique no estar tan herida. Así que, por favor, no te vayas.

viernes, 10 de marzo de 2017

Con Rascacielos

Necesito huir otra vez, ver como te desvaneces, intentar darle cuerda al reloj, y que me salga bien. Mirar hacía atrás, sentir el viento en la cara, la luna desde mi ventana y esto a kilómetros de mi. Escribir cuentos de hadas, volver por la nostalgia de querer lo que no se puede tocar con la piel. Correr sin tropezar, soñar con no caer, gritar sin que nadie me escuche y necesitar que la arena toque mi piel. A miles de recuerdos de una península, dos islas y una niñez sin dormir. Llevame de aquí a una ciudad con rascacielos donde nadie me reconozca entre calles, donde aprenda a ser feliz.